En un duro golpe a la reputación del Reino Unido, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de las Naciones Unidas ha emitido un llamado urgente al gobierno británico para que tome medidas drásticas y contundentes contra la creciente ola de racismo y xenofobia que azota al país.

El informe del Comité, publicado tras una exhaustiva evaluación, pinta un panorama sombrío de la situación en el Reino Unido. Los expertos de la ONU han expresado su profunda preocupación por el aumento de los crímenes de odio, el discurso de odio en línea y fuera de línea, y los actos de violencia dirigidos contra minorías étnicas, religiosas y migrantes. La retórica antiinmigrante y los estereotipos racistas, amplificados por ciertos medios de comunicación y figuras políticas, han creado un ambiente tóxico que ha desencadenado una serie de incidentes violentos en todo el territorio británico.

El ataque de Southport y sus secuelas
El Comité ha señalado específicamente el ataque con arma blanca ocurrido en Southport a principios de agosto como un ejemplo alarmante de la violencia racista que se está propagando en el país. Este trágico suceso, que costó la vida a tres niñas y dejó a varias personas heridas, fue utilizado por grupos extremistas para difundir mensajes de odio y desinformación en las redes sociales, lo que a su vez provocó una serie de disturbios y enfrentamientos violentos.

Racismo institucional y brutalidad policial
El informe también denuncia las prácticas racistas arraigadas en las instituciones británicas, especialmente en la policía. Los expertos de la ONU han expresado su alarma ante el uso excesivo de la fuerza contra personas de color, las detenciones arbitrarias y los registros corporales discriminatorios. Además, han señalado la falta de rendición de cuentas por parte de los agentes implicados en estos abusos, lo que fomenta la impunidad y perpetúa un ciclo de violencia.