El diseñador y empresario italiano fallecido este jueves a los 91 años abarcaba desde las marcas de moda a hoteles y restaurantes, con ingresos anuales de 2.300 millones de euros y que ahora pasarán al control de su Fundación, aunque con algunos detalles en el reparto de acciones.

En octubre de 2023, el periódico Corriere della sera, publicó los estatutos de la futura Fundación Giorgio Armani, aprobados en una junta extraordinaria en 2016, sin determinar el reparto de los varios tipos de acciones que seguramente, las cuales se presume serían detallado en el testamento.

Aunque se han generado diferentes versiones a pocas horas de su muerte, según apunta el periódico La República, sus herederos están ya sentados en el Consejo de administración de la fundación, dirigida por Pantaleo Dell’Orco, quien fue su mano derecha y compañero de vida, su sobrino Luca Camerana y el director ejecutivo de Rothschild Italia, Irving Bellotti.

Hasta ahora será la fundación quien gestione una marca global con 8.700 empleados, 650 tiendas, además de hoteles, restaurantes y clubes, incluyendo la histórica Capannina, uno de los establecimientos de playa más famosos de Italia, en la localidad Forte dei Marmi, en Toscana, adquirido en agosto pasado. La Cappanina fue el último regalo que quiso hacer Armani a sus colaboradores y a Dell’Orco, su compañero durante los últimos 20 años, y al que conoció en ese famoso local.

Vale acotar, que el diseñador siempre fue un empresario prudente, reacio al endeudamiento, por lo que deja una empresa saneada a la fundación, a finales de 2024, contaba con un poco menos de 600 millones de euros en liquidez para impulsar el crecimiento futuro «también se estipula que la fundación no distribuirá ganancias, activos ni excedentes operativos, transacciones que están expresamente prohibidas, incluso indirectamente, cualquier ganancia o excedente se destinará a actividades institucionales», explica el diario La República.

Los analistas estiman que la empresa podría tener un valor actual de entre 6.000 y 7.000 millones de euros . La valoración considera no solo los ingresos y la rentabilidad, sino también el prestigio de la marca y su cartera inmobiliaria: edificios en el distrito de la moda de Milán, ubicaciones icónicas en Nueva York, París, Londres y Hong Kong, boutiques, hoteles, restaurantes o espacios multifuncionales.

T/Agencias