El oro está en el centro de la atención global, especialmente entre los países del BRICS, que están acumulando este metal precioso a un ritmo acelerado. Según un informe de The Jerusalem Post, esto podría señalar un cambio importante en el sistema financiero mundial.

Las naciones del BRICS, integradas por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, están comprando oro para diversificar sus reservas y protegerse contra la inflación. Este movimiento ha impulsado el precio del oro, que ha superado los 2.650 dólares la onza este año, con un aumento de más del 20% debido a la creciente incertidumbre geopolítica y las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Desde la crisis financiera de 2008, las reservas de oro de los bancos centrales han crecido de 29.500 toneladas a 36.700 toneladas en 2023, acercándose al máximo histórico de 36.800 toneladas alcanzado en 1973. Este aumento refleja el deseo de muchos países de reducir su dependencia del dólar estadounidense.

Además, grandes economías asiáticas como China e India están comprando oro y plata en mercados occidentales, aprovechando precios más bajos y vendiéndolos a precios más altos en sus propios mercados.

A medida que el mundo financiero evoluciona, el oro se está consolidando como un refugio seguro para los inversores y como un símbolo de un posible cambio hacia un sistema menos dependiente del dólar.