
En muchas sociedades, las generaciones más jóvenes ya no pueden permitirse una vivienda y Suiza no es una excepción.
Es una experiencia que viven muchas parejas y familias en Suiza. La escasez de suelo, los intereses bajos y la constante afluencia de trabajadores del resto de Europa han incrementado la demanda de bienes inmuebles.
Los precios de casas y apartamentos en propiedad se han disparado en los últimos años. Sólo entre 2017 y 2024, aumentaron más del 30 % de media en Suiza.
Tras la pandemia de Covid-19, se produjo una «increíble alza de precios», según Ursina Kubli, responsable de investigación inmobiliaria del Banco Cantonal de Zúrich (ZKB).
Las zonas más demandadas fueron las que más se encarecieron, pero los precios subieron incluso en las regiones más apartadas. «Nada se libra del embate», afirma Kubli.
Para este año, el ZKB prevé un aumento del 4,5 % en el cantón de Zúrich, y lo mismo para 2026. Esto supone que en Zúrich –el cantón más poblado de Suiza– una casa unifamiliar promedio se encarecerá en más de 140.000 francos en sólo dos años.
Los ahorros de las personas con unos ingresos normales ya no son suficientes, y, por consiguiente, a la clase media le resulta cada vez más difícil cumplir su sueño de tener una vivienda propia.
Según datos del ZKB, en 2024 solo el 9 % de las parejas entre los 30 y 40 años podían costearse una casa unifamiliar promedio en el cantón de Zúrich, un 4 % menos que hace cinco años.
Las rentas más altas sí pueden seguir el ritmo
En toda Suiza, y entre todos los tipos de propiedad y grupos de edad, el porcentaje de propietarios es del 36 %, es decir, poco más de un tercio de la población habita en una casa de su propiedad.
«Esta cifra ha disminuido en los últimos años», afirmó Robert Weinert, analista jefe de Wüest Partner.
Esta empresa de consultoría ha comparado los salarios y los precios inmobiliarios de Suiza por regiones.
El 58 % de los hogares suizos en los que dos personas trabajan no puede permitirse comprar una vivienda por los elevados precios, y una casa unifamiliar se ha vuelto inasequible para el 79 %.
«La desigual distribución de los ingresos y el patrimonio hace que el dinero se concentre en unos pocos, pero estos siguen siendo suficientes para seguir impulsando los precios», dice Weinert, especialmente en el caso de las casas unifamiliares.
La oferta de este tipo de viviendas no sólo no crece, sino que se reduce –al menos en las zonas céntricas– ya que se están demoliendo casas antiguas para construir edificios de pisos.
Claudio Saputelli, responsable de análisis inmobiliario del importante banco suizo UBS, coincide con Weinert y añade que, si se comparan los ingresos medios con los precios pagados actualmente, se obtiene una perspectiva errónea del mercado.
«Si observamos únicamente el grupo que sí puede permitirse una casa, la situación parece menos dramática», afirma Saputelli. Los sueldos más altos sí pueden seguir el ritmo que marca el mercado inmobiliario.
T/Swissinfo.ch