
El telescopio espacial James Webb ha realizado un avance significativo en la observación del universo al detectar un grupo de cinco galaxias candidatas que podrían superar el récord de distancia previamente establecido.
La más lejana de estas galaxias se estima que existió solo 200 millones de años después del Big Bang, lo que podría convertirla en la galaxia más antigua jamás observada.

Gracias a su tecnología avanzada, el James Webb puede captar longitudes de onda infrarrojas, lo que le permite observar objetos distantes cuya luz ha viajado miles de millones de años.
Sin embargo, la detección de estas galaxias ha sido posible gracias a las lentes gravitacionales, un fenómeno predicho por Einstein, que utiliza la gravedad de objetos masivos para amplificar la luz de galaxias más lejanas.

Aunque el descubrimiento es prometedor, requiere confirmación a través de análisis espectroscópicos para determinar con precisión la distancia y composición química de estas galaxias.
Este hallazgo podría proporcionar información crucial sobre las primeras etapas de la evolución galáctica y el estado del universo primitivo.