
Corría el año 1902, específicamente el mes de diciembre. Una veintena de buques de Alemania, Inglaterra e Italia se apostaron en las costas venezolanas para bloquear al país y exigirle al gobierno del entonces presidente Cipriano Castro, pagara una deuda que contrajeron gobiernos anteriores.
El gobierno de Joaquín Crespo había acumulado una deuda de 190 millones de bolívares en 1896, monto que cuadruplicaba los ingresos fiscales de la República. La situación económica de entonces no era nada favorable, el precio del café y del cacao, principales productos de la economía nacional, habían caído considerablemente, lo que afectó las rentas del país. Asimismo, los enfrentamientos entre caudillos a finales del siglo XIX y las todavías consecuencias de las guerras de Independencia y Federal, junto a malas políticas fiscales y mala administración hicieron lo suyo en la economía.
Castro suspendió el pago de la deuda en febrero de 1902, lo que alertó a las potencias acreedoras, que vale destacar financiaban acciones violentas para tratar de derrocar al gobierno.

Inglaterra y Alemania dieron el ultimátum el 7 de diciembre de 1902. Dos días después arribó una flota de 15 navíos de guerra al puerto de La Guaira para efectuar el bloqueo. El 11 de diciembre, Italia se sumó a la agresión con otros buques. Fueron atacados los puertos de Puerto Cabello, Maracaibo y La Guaira. El ataque más violento ocurrió en 12 de diciembre en el lago de Maracaibo, tal como lo registra el portal Misión Verdad en un trabajo firmado por Rebeca Monsalve.
El llamado de la patria
La respuesta de Cipriano Castro ante la acción de guerra no declarada fue el llamado a la unidad nacional en todo el territorio contra la agresión imperialista. Recibió un sólido apoyo de la población, incluso de los que lo adversaban, reforzando su liderazgo internamente. Por esta razón ordenó el regreso de los exiliados y la liberación de los presos políticos, mientras que mandó a apresar a los súbditos ingleses, alemanes e italianos que vivían en el país.
Marcó un hito en la historia su proclama que inicia “La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria”, que leyó el 9 de diciembre de 1902 desde el balcón presidencial ante una multitud.
“Un hecho insólito en la historia de las naciones cultas, sin precedentes, sin posible justificación, hecho bárbaro, porque atenta contra los más rudimentarios principios del derecho de gentes; hecho innoble, porque es fruto del contubernio inmoral y cobarde de la fuerza y la alevosía, es el hecho que acaban de realizar en la rada de La Guaira, hace pocos momentos, las escuadras alemanas e inglesas…”, reza parte del discurso que fue impreso y distribuido en el país y publicado en periódicos.

El pueblo reaccionó a la proclama de Castro y muchos venezolanos se alistaron como voluntarios en las milicias populares. Hubo enfrentamientos en varios puntos.
De médico a miliciano
Uno de los ciudadanos que atendió el llamado y se alistó fue el mismísimo doctor José Gregorio Hernández, quien el 11 de diciembre de 1902 se presentó voluntariamente en la milicia de la parroquia Altagracia de Caracas, según consta en la boleta oficial de la Jefatura de Milicias N.º 1. Ese documento indica que tenía 38 años, estaba soltero, vivía en la calle Norte 2, casa 36, y que ejercía la profesión de médico, de acuerdo con reportaje publicado en Últimas Noticias.

Continúa el referido texto explicando que a pesar de su profundo pacifismo y compromiso religioso, Hernández no dudó en responder al llamado nacionalista, una decisión destacada incluso por historiadores y medios contemporáneos.
Según uno de sus biógrafos, Miguel Yaber, Hernández fue el “primero en alistarse” como prueba de ese fervor patriótico, aunque “gracias a Dios” no se concretó el cambio del estetoscopio por el fusil.
El Protocolo de Washington
El presidente Castro autorizó a la cancillería venezolana pedir la intervención del ministro plenipotenciario estadounidense Herbert Bowen para fungir como mediador, hecho que ocurrió el 17 de diciembre de 1902. Los acreedors aceptaron la medida diplomática con recelo y el 13 de febrero de 1903 se firmó el Protocolo de Washington, con acuerdos para la resolución del conflicto.
T | Con información de Misión Verdad y Últimas Noticias

