
Este martes, el expresidente de Haití Miche Martelly fue sancionado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por su sigla en inglés) del Departamento del Tesoro de EE.UU. tras su presunta vinculación «en el tráfico ilícito mundial de drogas».
Según Bradley T. Smith, subsecretario interino de Terrorismo e Inteligencia Financiera, la medida contra el exmandatario «enfatiza el papel significativo y desestabilizador que él y otras élites políticas corruptas han desempeñado en la perpetuación de la crisis actual en Haití».
El portavoz del gobierno norteamericano aseguró que ese país está «comprometido» a desarticular las mafias que «facilitan el tráfico de drogas, la corrupción y otras actividades ilícitas que alimentan la horrible violencia de pandillas y la inestabilidad política».
La sanción unilateral de Washington se basa en el supuesto de que la violencia de las pandillas y el «abuso de los derechos humanos en Haití» generan un ambiente «permisivo» para las actividades de narcotráfico, que en su criterio son avaladas por «las élites políticas y empresariales» de la isla caribeña.
El texto que refiere la sanción anteriormente emitida contra el expresidente haitiano por parte del gobierno canadience en noviembre del 2022, sentencia que «Martelly abusó de su influencia para facilitar el tráfico de drogas peligrosas, incluida la cocaína, destinadas a los EE.UU. Además, participó en el lavado de dinero proveniente de drogas ilícitas, trabajó con narcotraficantes haitianos y patrocinó varias pandillas».
Dada las consecuencias de que podrian enfrentar sanciones civiles o penales, tanto los bancos estadounidenses como particulares en EE.UU. tienen prohibidas las transacciones con Martelly, así como la compra o venta de «cantidades significativas de acciones o instrumentos de deuda» que involucren al expresidente haitiano.