Natchaieving Méndez

“Con mi burrito sabanero voy camino de Belén…” al escuchar esta primera frase, seguramente la canción llegará a la memoria de cada lector de forma diferente, pero con una misma esencia rítmica. Desde su versión original con el género musical orquídea, pasando por cumbia, techno, salsa, merengue, cumbia, dembow y hasta reguetón, cada diciembre esta pieza resuena en diversas partes de Latinoamérica y más allá.

Desde su difusión en 1972 hasta la actualidad, el famoso y pegajoso “tuki, tuki, tuki, tuki” del Burrito sabanero se ha convertido en el repertorio navideño global, ganando un lugar especial en quienes disfrutan de esta época decembrina. Incluso se hizo viral con una parodia en TikTok que hasta incorporó una peculiar coreografía. Pero ¿qué hay detrás de este éxito y por qué esta pieza musical sigue siendo tan querida cada año?

Del abuelo al TikTok

Aunque se ha asumido el nombre de esta pieza por su primera frase, realmente se llama: El burrito de Belén y fue compuesta por el venezolano Hugo Blanco. De acuerdo con el músico e investigador Aníbal Guerreiro, durante un proyecto en el que participó con el prolífico compositor, este le mencionó que la pieza la hizo para un nieto, como una forma de entretenimiento.

De acuerdo a las informaciones que se encuentran sobre el tema, la canción fue incluida por Blanco en 1972 en una producción discográfica de gaitas y parrandas que hizo con el célebre Simón Díaz, quien fue el primero en interpretar el ahora himno decembrino. En esta oportunidad, la pieza no obtuvo gran relevancia, lo cual para algunos se debe a que es muy sencilla. Otras versiones refieren que la razón del poco éxito de esta primera difusión fue que el disco tenía un fin corporativo.

Pero esta canción que inicialmente fue compuesta como un acto de entretenimiento de un abuelo, no se congeló en una producción poco difundida como muchas tantas de la historia musical. Algunos dicen que fue el mismo Blanco otros le atribuyen la idea a Raúl Cabrera, fundador y director del Coro Infantil de Venezuela, lo cierto es que entre ambos hicieron un arreglo de voces para niños pues estaban seguros de que la canción tendría más impacto con la interpretación por infantes.

Es así como en el estudio del maestro Hugo Blanco, los músicos grabaron El burrito de Belén con un pequeño grupo de este coro al que llamaron La Rondallita.

Ricardo Cuenci, voz de la célebre canción, era parte de los niños seleccionados. En diversas entrevistas, el cantante relata que para el momento tenía ocho años e inicialmente no era el solista de la pieza. No obstante, durante los ensayos previos a la grabación, el niño que llevaría la voz principal no se ajustaba a los requerimientos de Cabrera y Blanco, por lo que estos decidieron probar con otra voz.

Fue cuando un silbido de aquel muchachito que no pronunciaba la “s” de forma correcta, llamó la atención de los músicos y se convirtió en la voz que durante más de cuatro décadas ha deleitado las navidades en las casas de habla hispana y más.Una vez grabada, el disco de 45 rpm, comenzó a sonar en las rockolas de Caracas y de allí, llegó a Puerto Rico y a otras latitudes del planeta.

Curiosidades del Burrito

El camino del Burrito sabanero ha sido largo desde su difusión en 1972. Aunque, tal como se menciono anteriormente, fue cantada originalmente por Simón Díaz y popularizada en la voz de Ricardo Cuenci y La Rondallita, esta canción se ha escuchado en diferentes versiones, voces e idiomas.

Tanta ha sido la aceptación de esta canción, que muchos países se han atribuido la pieza como parte de su repertorio autóctono. Esta realidad habla del “poder universal que tiene el tema, así que El burrito sabanero no solamente es una canción que nos alegra en la Navidad, sino también nos hermana”, refiere César Muñoz, músico, investigador y creador del espacio digital La Cata Musical. Y es que tanta aceptación ha tenido esta canción que Billboard, revista estadounidense especializada en música, la incluyó en su lista de las 100 mejores canciones navideñas de todos los tiempos.

¿Tiene su ritmo algo especial que hace posible esta identificación cultural?

Desde la perspectiva de Aníbal Guerreiro, quizás el éxito del Burrito de Belén se debe a lo sencilla y pegajosa de su melodía. “Recuerdo a Hugo Blanco, hablamos mucho de esas cosas; decía que las canciones deben ser sencillas y fáciles para la audiencia, que las canciones no se hacen para uno, si no para el público que las va a escuchar. La canción ha sido grabada en muchos idiomas, incluyendo portugués y japonés”, recuerda el investigador.

El ritmo en el que fue compuesta se denomina orquídea y aunque algunos lo han atribuido a Blanco, de acuerdo con las investigaciones de Guerreiro este existía y era tocado por los llaneros mucho antes de ser utilizado por el prolífico compositor. Lo que sí es una certeza es que nació en Venezuela y no proviene de la herencia europea.

Tanto es lo pegajoso del ritmo orquídea que otras canciones con la misma melodía se han eternizado en la memoria colectiva con gran éxito. Ejemplo de ello es Moliendo Café de mismo Hugo Blanco o Dumbi dumbi, del también prolífero compositor Luz Cruz y pieza inicial obligada para quienes inician la ejecución del cuatro venezolano.

“El ritmo orquídea es como un lugar donde confluyen varios ritmos tropicales como el son cubano, como la guaracha, como la cumbia, utiliza la clave y se toca con el cuatro venezolano”, resalta César Muñoz.Injusticia musical

El burrito sabanero ha tenido muchas voces.

Elvis Crespo le dio su toque de tecnomerengue y David Bisbal su característico sonido gitano. La lista de cantantes conocidos sigue: Mau, Ricky Feat, Ricardo Montaner, Aloe Blacc, Mike Bahia y los que no se saben, pero la han difundido como parte de su repertorio navideño. Hemos visto de todo con esta canción y la versión de Bad Bunny, que sacó en reguetón su El tribilin sabanero… Sin comentarios, lo dejo a gusto del lector.

Todos estos cantantes y músicos de talla internacional seguramente recibieron las ganancias de grabar la versión de esta canción que por décadas ha tenido la aceptación del público. Lo triste y hasta injusto es que quien la voz que por 49 años ha sonado en todo el planeta con esta canción no ha obtenido la mínima retribución económica por darle una identidad que, aunque suene en otras tonalidades vocales, provino de su talento innato.

La injusticia comenzó cuando Cuenci no viajó en la primera gira que La Rondallita realizó a Puerto Rico, en donde la canción adquirió rápido auge. Un grupo de niños fue llevado a la nación centroamericana y dobló la voz del cantante original, lo cual no satisfizo a quienes decidieron llevar de viaje a la agrupación venezolana, razón por la que en los viajes siguientes si incluyen al muchacho de la versión original.

De esta manera Cuenci junto a sus compañeros viajó a otros países y cantó incluso en escenarios con gran cantidad de público como estadios, parques, zoológicos. Pero tal como otras las historias de muchos niños con talento, el muchachito de voz cautivadora que no pronunciaba la “s” e inmortalizó El burrito “tabanero”, no recibió de la industria musical dinero alguno por dejar los juguetes de lado para llevar alegría a través de su interpretación al público de diferentes edades.

Un desencuentro su padre con Cabrera y con Blanco frenó el despegue de la carrera musical de Cuenci. Ofertas como la de pertenecer al grupo Menudo llegaron a él, mas nada pudo concretarse e hicieron que la ebullición de la fama obtenida por El burrito de Belén se apagara.

Los años pasaron, las responsabilidades aparecieron y la necesidad de sobrevivencia empujó al intérprete del célebre aguinaldo a dedicarse a la familia, así como a otros oficios, aunque siempre mantuvo la conexión de la música.A más de cuatro décadas de la primera grabación del Burrito sabanero, Cuenci mantiene contacto con muchos de los integrantes de La Rondallita de 1975 y, con el apoyo de su familia, planean hacer una nueva versión de la canción. Ojalá consigan el apoyo que requieren y de esta manera se pueda resarcir la injusticia de estos años.

Tal vez el sentimiento de alegría, amor, solidaridad y justicia de estas fechas, reforzadas en la canción Burrito de Belén, haga el milagro en quienes hoy disfrutan de la fama por esta pieza musical y en quienes tienen la posibilidad de retribuir económicamente a los cantantes originales el regalo que dieron a muchas generaciones que hoy bailan y sienten la emoción decembrina en este aguinaldo venezolano.