Muchas de las imágenes que denunciaron al mundo la represión para contener las protestas de 2019 en Chile fueron registradas por Nicole Kramm, fotógrafa y documentalista que tras semanas filmando vivió en carne propia la brutalidad policial.

Un disparo efectuado por Carabineros impactó en su ojo izquierdo, abriendo un camino en busca de Justicia que, a casi cinco años del hecho, define como “agotador, desolador y decepcionante”.

“Ha sido complejo y doloroso, porque han sido las propias víctimas las que se han encargado de repararse a sí mismas. Ningún gobierno se ha hecho partícipe de una reparación integral, eso no existe. Por el contrario, se ha criminalizado a las personas y se ha blindado a los agentes estatales”, dijo a EFE.

Su caso es una de las 10.142 denuncias ingresadas en los tribunales chilenos, que solo mantienen abiertas 1.400 investigaciones y que únicamente han dictado 44 sentencias condenatorias, según Amnistía Internacional (AI).

“Hubo obstrucción a las investigaciones, se han perdido pruebas que evidencian cómo actuaron para dañar e inmovilizar a quienes estaban en la protesta. Esto significa que en Chile se permite que se vulneren los Derechos Humanos. No se ha dado importancia ni recursos para esclarecer estos crímenes, eso es lo que más nos asusta, porque con esto no hay garantía de no repetición y esa es una sensación aplastante”, subrayó.

En diciembre de 2019, cuatro informes internacionales expusieron las generalizadas violaciones a los derechos humanos vividas en el país durante el estallido social, en tanto que numerosas publicaciones locales revelaron la magnitud de la fuerza policial ejercida en Santiago y otras ciudades para repeler las protestas.

La policía disparó 104.000 tiros de escopeta en las primeras dos semanas de protestas, donde hubo 126 víctimas de lesiones oculares, según una investigación del medio local CIPER. Entre el 18 de octubre y fines de diciembre, Carabineros disparó 152.000 cartuchos calibre 12, cada uno con una docena de perdigones.

Todas estas acciones, acreditadas por diversas instituciones, hoy configuran el corazón de la acusación contra del exdirector general de Carabineros Ricardo Yañez y otros dos exmiembros del Alto Mando por “apremios ilegítimos por omisión con resultado de lesiones graves y homicidio”, considerando los cargos que ocupaban entonces.

En total se documentaron más de 3.500 heridos, 220 de ellos con algún tipo de trauma ocular. Siete personas murieron en las manifestaciones por acción de agentes del Estado. (EFE)