El busto de la reina Nefertiti, de 3.370 años de antigüedad, está en Berlín desde 1922, y ahora crece la presión para que regrese a casa.

Zahi Hawass, renombrado egiptólogo y exministro de Antigüedades de Egipto, comenzó a ejercer presión para que se repatriara la pieza antes de las protestas que derrocaron a Hosni Mubarak, en 2011.

En septiembre pasado, Hawass lanzó una petición para urgir a Alemania a restituir el famoso busto, que actualmente se encuentra en el Nuevo Museo de Berlín. «Este busto, notable e inigualable en la historia por su mérito histórico y estético, se encuentra ahora en Alemania, pero es hora de que regrese a Egipto», se lee en la petición.

La arqueóloga Monica Hanna llamó públicamente a la «descolonización de la arqueología egipcia”. Argumenta que la iniciativa para repatriar a Nefertiti genera resistencia, porque «se convertiría en un precedente que pavimentaría el camino hacia la devolución de una cantidad de diferentes objetos tomados durante la época colonialista”.

La Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano, que supervisa las colecciones de los museos de Berlín, reconoce la presencia de arte colonial robado en sus colecciones, como los Bronces de Benín, algunos de los cuales fueron devueltos a Nigeria desde Alemania en 2022.

Pero dicha fundación piensa que la ìeza fue obtenida de Egipto de manera legal, tras ser descubierto en los restos de la ciudad de Amarna, la efímera capital del faraón Akenatón, esposo de Nefertiti. Stefan Müchler, portavoz de la Fundación dijo que el busto «llegó a Berlín sobre la base de una división del hallazgo, habitual en aquella época, que incluía muchos más objetos (…) fue sacado legalmente del país y no hay ningún derecho de restitución por parte del Gobierno egipcio».

El experto cree que es «altamente improbable» que Hawass tenga éxito en su campaña para repatriar a Nefertiti, a menos que él o las autoridades egipcias «presenten nuevas pruebas de que hubo un engaño deliberado». (DW)