
Se llama Orión, un laboratorio que está construcción en el Centro Brasileño de Investigación en Energía y Materiales (Cnpem) en Campinas, a unos 100 kilómetros al noroeste de São Paulo.
El Gobierno asegura que es el primero de máxima seguridad de América Latina, un proyecto ambicioso que ha generado entusiasmo entre los investigadores por la posibilidad de estudiar de manera segura los patógenos más peligrosos de la región.
Se espera que esté terminado en 2026 y comience a operar en 2028. Su costo es de aproximadamente 180 millones de dólares y el proyecto forma parte del Nuevo Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC).
Además de sus instalaciones de bioseguridad de nivel 4 (BSL-4), las más seguras del mundo, el complejo también contará con laboratorios de bioseguridad de nivel 2 (BSL-2) y 3 (BSL-3). Los laboratorios BSL-4 están diseñados para trabajar con patógenos altamente peligrosos, que se transmiten por el aire, son mortales y carecen de vacunas o tratamientos. Para garantizar la seguridad, los científicos deben ducharse y cambiarse de ropa antes de entrar y salir, y mientras están en el laboratorio, usan trajes especiales conectados a un suministro de aire independiente.
«Quiero dejar a mis nietos y bisnietos un mundo infinitamente mejor, más humanista, más saludable y más democrático que el que heredé de mis padres. Creo que esa es la pregunta que debe guiar nuestras decisiones: ¿Qué tipo de mundo queremos?», expresó el presidente Luiz Inácio Lula da Silva durante la colocación de la piedra fundacional. (Con información de Wired)