
La empresa estadounidense Manhattan Genomics anunció que busca acabar con las enfermedades genéticas y aliviar el sufrimiento humano corrigiendo las mutaciones dañinas en la fase embrionaria.
La idea de editar embriones humanos es tentadora, porque cualquier cambio que se haga en las células reproductoras es hereditario. Si se eliminara una mutación patógena de un embrión, también se eliminaría de las generaciones futuras. Pero la tecnología de edición genética también tiene el potencial de causar efectos no deseados. Editar el gen equivocado por error podría dar lugar a un cáncer, por ejemplo. Esos errores también se transmitirían a los futuros hijos, recoge una nota de Wired.
A esto se le suma la cuestión ética: la perspectiva de poder manipular el ADN de un embrión humano ha suscitado temores de un nuevo tipo de eugenesia, en la que los padres con medios para hacerlo podrían crear «bebés de diseño» con los rasgos que ellos seleccionen.
A principios de este año, la empresa Proyecto Los Ángeles pretendía crear conejos luminosos y otras mascotas fantásticas editándolas a nivel embrionario.
En 2018, el científico chino He Jiankui conmocionó al mundo al revelar que había creado los primeros bebés editados genéticamente. Modificó los genes de tres embriones humanos en un intento de hacerlos inmunes al VIH y utilizó los embriones para iniciar embarazos.
La reacción contra él fue inmediata. Los científicos afirmaron que la tecnología era demasiado nueva para utilizarla en la reproducción humana y que la modificación del ADN equivalía a una mejora genética. El gobierno chino le acusó de «prácticas médicas ilegales» y cumplió una condena de tres años de cárcel.

