
Tres ministros del Gobierno de coalición español, entre ellos una vicepresidenta, abandonaron X este martes, calificando la red social de Elon Musk, aliado del presidente estadounidense Donald Trump, de «mecanismo de propaganda».
Sumar, el partido de extrema izquierda que gobierna en coalición con los socialistas del presidente del Gobierno Pedro Sánchez, dijo que dejaría de publicar en X, citando el apoyo de Musk a la extrema derecha alemana y sus llamamientos contra los refugiados en el Reino Unido.
El partido también criticó a Musk por lo que pareció un saludo nazi hecho durante un mitin tras la toma de posesión de Trump el lunes, algo que el jefe de SpaceX y Tesla desmintió.
Otras redes sociales «funcionan mejor», luchan «contra el discurso del odio», velan más por la privacidad de datos de sus usuarios, y cuidan «los mínimos democráticos», afirmó Sumar en un comunicado.
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno, dijo que X había dejado de ser «una herramienta de comunicación» para pasar a ser «un mecanismo de propaganda que utiliza su algoritmo para primar unas ideas sobre otras».
A Díaz se le unieron sus compañeros ministros Ernest Urtasun, de Cultura, y Sira Rego, de Juventud e Infancia.
«La historia nos ha enseñado que las tecnologías no generan prosperidad, tienden a dar más poder a los poderosos y hacer más ricos a los ricos», afirmó en declaraciones recientes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una referencia velada, sin nombres propios, al papel de empresarios como Elon Musk.
«Esta amenaza es especialmente grave en un contexto como el actual, en esta semana que comenzamos en la que estamos viendo como la tecno-casta (expresión que se usa en Silicon Valley, como ha destacado Sánchez) está tratando de usar su poder omnímodo sobre las redes sociales para controlar el debate público y por tanto la acción gubernamental de todo Occidente», sostuvo.
Los mensajes del presidente advierten de que Musk podrá manejar «los algoritmos», pero no los «votos». «Lo voy a decir en menos de 280 caracteres. La democracia no es un euro, un voto. No es un tuit, un voto. Es una persona, un voto. Y, por tanto, Europa debe plantar cara a esta amenaza y defender la democracia», advirtió. T/AFP-El País F/Archivo