
Una investigación publicada por el diario The Washington Post reveló que Elmer Canales Rivera, alias Crook , uno de los líderes históricos de la pandilla Mara Salvatrucha, conocida como MS-13 entregó a las autoridades de EEUU pruebas sobre la conexión entre el gobierno de Nayib Bukele y las pandillas de El Salvador.
Alias Crook habría entregado a las autoridades grabaciones, fotografías y documentos tras ser detenido México y enviado a EEUU y haber alcanzado un acuerdo de culpabilidad confidencial. Los datos proporcionados fueron clave en una investigación que el Departamento de Justicia llevaba años construyendo para exponer presuntos acuerdos entre la MS-13 y el gobierno salvadoreño.
Fuentes citadas por The Washington Post señalan que esos pactos habrían utilizado recursos de programas estadounidenses y habrían puesto en riesgo a ciudadanos de ese país.
El periódico agrega que el grupo especial Task Force Vulcan, que investigaba a la MS-13, seguía la pista a dos altos funcionarios del gobierno de Bukele, señalados de facilitar los acuerdos. “Estábamos tratando de seguir el dinero y ahí fue donde encontramos las conexiones con figuras políticas”, dijo al diario Chris Musto, exagente del Departamento de Seguridad Nacional.

El Crook habría señalado a dos altos funcionarios salvadoreños: Osiris Luna, director de centros penales y Carlos Marroquín, director de Reconstrucción del Tejido Social.
De acuerdo con The Washington Post, otros dos miembros de pandillas acusados, entre ellos Cesar López Larios, también colaboraron con investigadores estadounidenses, aunque sin acuerdos formales de culpabilidad.
El reportaje describe además una llamada ocurrida el 13 de marzo entre el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el gobernante Nayib Bukele, en la que Washington prometió devolver a nueve líderes de la MS-13 bajo custodia estadounidense. Varios de ellos eran informantes protegidos del Departamento de Justicia.
El accionar
El diario también reveló que el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, continúa insistiendo férreamente en la devolución desde EEUU de 9 líderes pandilleros a su país, uno de ellos ya trasladado, debido a que tienen antecedentes para incriminarlo en tratos ilegales con estas organizaciones criminales.
“Estos son terroristas salvadoreños y Bukele quiere que cumplan su condena en El Salvador. Allá existe un centro contra el terrorismo y es donde deberían estar, no en lo que se podría considerar un centro de detención lujoso de Estados Unidos”, declaró al Washington Post, Damian Merlo, quien trabaja desde Miami como lobbista para los intereses del gobierno salvadoreño.
La investigación cita testimonios de abogados, fiscales, diplomáticos y ex funcionarios de gobierno respecto de que al menos 3 de estos líderes pandilleros se convirtieron en informantes para las autoridades de EEUU, por lo que su deportación a El Salvador podría -incluso- poner en riesgo las vidas de estos agentes encubiertos.
El caso comenzó en febrero de este año cuando la Casa Blanca anunció un acuerdo con el país centroamericano, a fin de que recibieran a cientos de inmigrantes con antecedentes penales en un gigantesco centro penal conocido como Cecot (Centro de Confinamiento del Terrorismo), a cambio de 4.6 millones de dólares.

