El supertifón Ragasa ha dejado destrucción a su paso por el norte de Filipinas, cobrándose al menos tres vidas y obligando a la evacuación de más de 17.000 personas, según datos del Consejo Nacional de Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres.

El tifón más potente en lo que va de año tocó tierra con vientos de hasta 267 kilómetros por hora, ha provocado severas inundaciones, deslizamientos de tierra y ha dejado miles de hogares sin servicio eléctrico.

Filipinas registra unos 20 tifones y tormentas tropicales al año, especialmente en la temporada de lluvias, de junio a noviembre. Ragasa golpeó el país en medio de multitudinarias protestas por la corrupción en millonarios proyectos de control de inundaciones supuestamente finalizados, aunque en realidad eran inexistentes o de baja calidad.

El fenómeno meteorológico también mantiene en alerta a Hong Kong, el sur de China y el territorio de Taiwán.

T/DW