
La odisea de los astronautas Barry Wilmore y Sunita Williams en la Estación Espacial Internacional (EEI) se complica cada vez más. Tras meses de espera debido a fallas en la nave Starliner de Boeing, la NASA evalúa nuevas opciones para su regreso a la Tierra, pero surgen obstáculos inesperados.
Uno de los mayores desafíos radica en la incompatibilidad entre los trajes espaciales de Boeing y SpaceX. Si bien la NASA planea enviar trajes adicionales en la misión Crew-9 de SpaceX para equipar a Wilmore y Williams, estos no son intercambiables. La razón es sencilla: cada empresa diseñó sus propios trajes, optimizados para sus respectivas naves espaciales.
Esta situación ha generado un dilema para la agencia espacial. Por un lado, se busca garantizar la seguridad de los astronautas, pero por otro, la logística y los protocolos de seguridad se vuelven más complejos.
¿Por qué la incompatibilidad?
La NASA permitió a Boeing y SpaceX desarrollar sus propias naves espaciales y sistemas, con el objetivo de fomentar la innovación y reducir la dependencia de una sola empresa. Sin embargo, esta flexibilidad ha generado algunos desafíos, como la incompatibilidad de los trajes espaciales.
Un plan B con riesgos
Ante esta situación, la NASA evalúa la posibilidad de que Wilmore y Williams regresen a la Tierra en la misión Crew-8 de SpaceX, incluso sin sus trajes espaciales. Aunque esta opción representa un riesgo mayor, podría ser necesaria si se agotan las otras alternativas.
Kenneth Bowersox, administrador asociado de la NASA, ha reconocido que este plan B aumenta considerablemente los riesgos de la misión. Sin embargo, la agencia espacial asegura estar trabajando arduamente para encontrar la mejor solución y garantizar la seguridad de los astronautas.