
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, denunció que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se ha transformado en una organización «narcoarmada» que ha optado por el camino de la guerra.
Esta declaración se produce en medio de una creciente ola de violencia en la región del Catatumbo, donde los enfrentamientos entre el ELN y disidencias de las FARC han dejado más de 80 muertos y miles de desplazados.
En respuesta a la escalada de violencia, Petro anunció la suspensión inmediata de los diálogos de paz con el ELN, calificando sus acciones recientes como «crímenes de guerra».
En un mensaje a través de la red social X, el mandatario afirmó: «El ELN ha escogido el camino de la guerra y guerra tendrá», subrayando que corresponde al Ejército proteger a la población civil frente a esta amenaza.
Mientras tanto, los enfrentamientos han dejado al menos 20 heridos y más de 11,000 personas desplazadas.
Petro comparó las acciones del ELN con las masacres cometidas por grupos paramilitares en el pasado, enfatizando la gravedad del conflicto actual.
Como parte de la respuesta del gobierno, se anunció el despliegue de 300 efectivos militares en la región para abordar la ola de violencia.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, destacó que el enfoque inicial será proporcionar ayuda humanitaria a los desplazados y proteger a líderes sociales amenazados.