Partidos de la oposición de Israel decidieron iniciar este miércoles el proceso político que debería desembocar en la caída del gobierno de Israel que lidera Benjamín Netanyahu.

Se trata de un mecanismo complejo que necesita de un bloque compacto de legisladores para desembocar en la disolución del Parlamento y la posterior convocatoria a elecciones nacionales.

El bloque oficialista tiene 68 votos sobre 120 escaños, y se necesita una mayoría absoluta de 61 sufragios. Los partidos ultra ortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá, pese a estar asociados a Netanyahu, anunciaron que apoyarán hoy la caída del Gobierno, refiere France 24.

Sin embargo, el proceso es muy largo, se necesitan al menos tres votaciones sucesivas para lograr que el primer ministro deje su cargo. Y el partido Shas inició ya una ronda de consultas para que ello no ocurra.

Este martes se acordó que Shas y Judaísmo Unido de la Torá voten a favor de disolver la Knesset en la lectura preliminar del proyecto de ley.

En esta coyuntura política, los dos partidos ultra ortodoxos juegan en contra de Netanyahu porque no logró aprobar la legislación que exime del servicio militar a los estudiantes de la Torá y el Talmud.

Ya están los 61 votos para abrir el proceso institucional. Pero se necesitan otras tres votaciones -con 61 votos- para lograr que la Knesset se disuelva y a continuación se convoque a elecciones en los próximos 90 días. Shas negocia para que eso no ocurra. Si este partido se corre, Netanyahu permanecerá como primer ministro.