Durante la XXIV Cumbre del ALBA-TCP, el presidente Nicolás Maduro, anunció la declaración de Palestina como invitado permanente y «país hermano» del bloque, una decisión que fue aprobada por unanimidad por los países miembros. Este paso resalta el compromiso del ALBA con la causa palestina y la defensa de los derechos humanos en un contexto regional cada vez más complejo.

En su discurso, Maduro expresó su deseo de que algún día se celebre una cumbre del ALBA-TCP en Jerusalén, donde el pueblo palestino pueda participar activamente. «Llegará el día que haremos una Cumbre del ALBA con el pueblo palestino en Jerusalén. Lo verán. En Jerusalén libre, Jerusalén de los pueblos», afirmó, subrayando su visión de una ciudad donde convivan pacíficamente judíos, cristianos y musulmanes, lejos del dominio de «élites imperialistas y guerreristas».

El presidente venezolano no escatimó críticas hacia la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a la que acusó de inacción frente al «genocidio» en Gaza. Asimismo, condenó el apoyo incondicional de Estados Unidos a Israel, afirmando que «la causa más justa de la humanidad es la causa palestina».

En un llamado a la unidad interreligiosa, instó a los pueblos cristianos y al Papa Francisco a alzar sus voces en defensa de los derechos del pueblo palestino a su tierra y su historia. «Una alianza histórica invencible tiene que darse entre cristianos, católicos, musulmanes y todos los pueblos del mundo para llevar a Palestina a la victoria completa y total», añadió.

Además de abordar la situación en Palestina, Maduro destacó las propuestas discutidas por el Consejo de Movimientos Sociales del ALBA-TCP durante los días previos a la cumbre. Estas iniciativas están orientadas a fortalecer la colaboración entre los países miembros en diversas áreas sociales y políticas. «Nos vemos el 10 de enero para que miles de líderes sociales de treinta y cinco países juren junto al pueblo de Venezuela, juren por la paz y por la Patria Grande», concluyó el presidente.

La cumbre del ALBA reafirma así su compromiso con la justicia social y la integración regional, posicionándose como un actor clave en las luchas contemporáneas por los derechos humanos y la autodeterminación de los pueblos.