Se dice que en las competencias todo es válido, pero ¿qué ocurre cuando la herramienta es manipular a través de la mentira y que esta sea asumida como “santa palabra” por muchos? Una campaña electoral es, evidentemente, un período competitivo en el que los candidatos emplean diversas estrategias para ganar adeptos. Para ello algunos no solo usan un plan de movilización, también hacen maniobras discursivas para dominar la opinión pública a través del descrédito a los adversarios y, en los últimos tiempos, el uso de noticias falsas (fake news).

Uno de los ejemplos más notorios y recientes que la humanidad ha presenciado con cotufas en mano, es la campaña electoral de las Presidenciales de Brasil (2022) y Estados Unidos (EE. UU.) en la que los discursos han ido desde datos errados en el manejo de la economía, hasta la ingesta de animales domésticos por parte de inmigrantes. Estas posturas han estado en la boca de millones de personas gracias al poder de las plataformas digitales que sirven la mesa para la difusión de información no comprobable y, generalmente, errónea.

Los algoritmos de las redes sociales tienden a favorecer contenido viral, y muchas veces, las noticias impactantes o sensacionalistas se comparten más que las verificadas, lo que amplifica la confusión en torno a los hechos. No es casualidad que ahora la presencia de los influencer de redes en las campañas, ha desplazado a los analistas políticos cuya opinión a otrora era vital para elevar la intención de votos hacia un candidato.

Un Whatsapp envenenado

«URGENTE, LULA ESTÁ PLANEANDO EL ASESINATO DE BOLSONARO”. «UN ENTUSIASTA PRO-LULA CRITICA LA BANDERA DE BRASIL». Así, en mayúsculas sostenidas y de manera constante llegaban los mensajes de whatsapp a los celulares de los brasileños durante la campaña electoral para las presidenciales de 2022 en el país suramericano.

No era sorpresa, ya en 2018 esta plataforma digital había servido de trampolín a Jair Bolsonaro para difundir tanto su planteamiento electoral, como para desprestigiar a su contrario Fernando Haddad. Según el medio Folha de S. Paulo, varias empresas privadas no solo financiaron la difusión a favor del ultraderechista Bolsonaro, además distribuyeron millones de mensajes con memes y noticias falsas acerca del contrario acusándole de pedofilia, promotor de la educación sexualizada, anticristiano, entre muchas.

Era el escenario más idóneo, Brasil, después de la India, es el mercado más grande que usa esta aplicación de mensajería instantánea. De acuerdo a una investigación del medio El País, seis de cada diez brasileños usan esta plataforma para comunicarse. De hecho, en 2019 el Congreso de esta nación determinó que 79% de sus ciudadanos se informan a través del whatsapp, por lo que se convirtió en la principal fuente de noticias, una realidad aprovechada por el equipo de campaña de Bolsonaro tanto en 2018 como en 2022.

En la campaña contra Luiz Inácio Lula da Silva, la artillería digital envió millones de mensajes en las que señalaban al mandatario como gestor de grupos criminales en diversas políticas públicas, lo cual fue desmentido de manera reiterada por expertos y medios de comunicación. No obstante, la maquinaria digital se abocó a difundir imágenes, videos y mensajes trucados para desfavorecer a quien, al final, resultó ser el ganador de esas elecciones. La mentira al final siempre tiene patas cortas.

EE.UU: La IA y los gatos

Pero sin dudas, una campaña que desde las gradas cada acción se supera previo a los comicios de noviembre, es la de las presidenciales en EE. UU. en las que incluso en un debate público, las mentiras fueron parte del menú discursivo entre los candidatos.

La candidata demócrata y vicepresidenta del Gobierno de Joe Biden, Kamala Harris, ha aseverado informaciones que posteriormente han sido desmentidas por expertos en la política estadounidense. Uno de estos fake news es que su contrincante, Donald Trump, firmaría una ley para la prohibición del aborto, lo cual es una afirmación que no solamente ha sido desmentida por la opción republicana, sino por la organización de derecha Heritage Foundation, la cual fue la que difundió unas propuestas que consideran debería implementar su candidato y en la que se incluye la limitación a la culminación del embarazo.

No obstante, si hay algo que reconocerle a Trump es su capacidad de superar sus declaraciones falsas y sensacionalistas. Su equipo de campaña ha aprovechado la Inteligencia Artificial para difundir imágenes falsas no solamente del republicano obteniendo el apoyo de la mujer afroamericana, ambas poblaciones abiertamente atacadas por él, además ha engañado a sus seguidores anunciando el apoyo de la cantante Taylor Swift, cuando desde hace varios años se conoce la tendencia de la artista hacia la opción demócrata.

Además, el ataque de Trump en contra de los inmigrantes ha sido uno de los principales ejes de su discurso. El expresidente acusa al actual gobierno de permitir el ingreso a EE. UU. de millones de personas procedentes de cárceles e instituciones psiquiátricas. Esta afirmación ha sido desmentida por medios como BBC, que señala que este año solo aproximadamente el 1% de las personas que han sido detenidas en la frontera del país norteamericano por ingreso ilegal han tenido antecedentes penales.

Otras de las principales banderas del magnate es arremeter contra Venezuela y su población. En reiteradas alocuciones, incluso en pleno debate, Trump refirió que desde el país suramericano se enviaba a suelo estadounidense a bandas criminales venezolanas, razón por la que el índice de delitos había bajado en la nación de Bolívar. La aseveración ha sido no solo criticada sino desmentida, incluso, por los mismos seguidores de la derecha pues no existe ninguna evidencia de que esto esté ocurriendo.

Pero la guinda de la torta fue el señalamiento xenofóbico que Donald Trump hizo durante el debate, en el que denunció que las comunidades de inmigrantes haitianos en Springfield (Ohio) se comen las mascotas de los residentes de esta ciudad. “Se están comiendo a los perros. Se están comiendo a los gatos. Se están comiendo a las mascotas de la gente que vive allí y esto es lo que está pasando en nuestro país. Y es una vergüenza”, aseguró.

Los medios locales refieren que, hasta la fecha, el Departamento de Policía de la ciudad no ha recibido denuncias al respecto. Lo que si es cierto y si existen reportes en los días siguiente al comentario de Trump, son las denuncias de acoso y amenaza a la comunidad haitiana en la mencionada localidad estadounidense.

Todo esto lleva a la reflexión acerca de la responsabilidad en cuanto al uso del discurso y la veracidad de los que se divulga durante las campañas políticas. Una fake news o un hecho tergiversado puede poner en peligro no solo la integridad de los procesos electorales, sino que también erosiona la confianza de los ciudadanos en sus instituciones.

La mentira en las campañas políticas es una herramienta poderosa y peligrosa. En la era digital, su impacto se ha magnificado, afectando la integridad de los procesos democráticos en todo el mundo. Es crucial que los ciudadanos desarrollen habilidades de pensamiento crítico y que los medios de comunicación y las plataformas digitales implementen medidas efectivas para combatir la desinformación.

Natchaieving Méndez