En una entrevista con la Associated Press, Ricaurte Vásquez, administrador del Canal de Panamá, negó categóricamente cualquier injerencia de China en la operación de la vía interoceánica.

Esta declaración responde a las recientes afirmaciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha amenazado con retomar el control del canal y acusó a Panamá de cobrar tarifas «exorbitantes» a los buques estadounidenses.

Vásquez explicó que un consorcio chino opera los puertos de Balboa y Cristóbal, pero estos fueron adjudicados en 1997, antes de que el canal fuera transferido a Panamá, mediante un proceso de licitación. «La mejor oferta fue la ganadora», destacó, y recordó que también hay empresas de otros países, como Estados Unidos y Taiwán, operando en la vía.

El administrador enfatizó que el Tratado de Neutralidad, firmado por 40 naciones, incluyendo Estados Unidos, establece que todas las naves deben transitar por el canal bajo las mismas reglas, sin discriminación en los peajes. «No hay discriminación en los peajes. Las reglas de precios son uniformes para todos», afirmó.

Además, Vásquez descartó cualquier intento de otorgar preferencias a buques estadounidenses, ya que esto podría generar problemas en el proceso de asignación de tránsito. El Canal de Panamá es una vía crucial que conecta el Atlántico y el Pacífico, y el 70% de su tráfico marítimo se dirige a o proviene de puertos estadounidenses.

El gobierno de Panamá ha rechazado las amenazas de Trump, recordando que la administración del canal es responsabilidad exclusiva de Panamá desde 1999, según los tratados Torrijos-Carter. «El Canal de Panamá es panameño y así seguirá siendo», afirmó el presidente José Raúl Mulino.