Más de 130 reservistas israelíes firmaron una carta abierta al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y al ministro de Defensa, Yoav Gallant, en la que afirmaba que se negaban a prestar servicio a menos que se firmara un acuerdo para poner fin a la guerra y traer de vuelta a los 101 rehenes que aún permanecen en Gaza.

«Para algunos de nosotros, la línea roja ya se cruzó, y para otros, se acerca rápidamente: el día en que, con el corazón roto, dejaremos de presentarnos al servicio”, reza la misiva.

Yotam Vilk, un voluntario que se presentó a la guerra y que también rubricó el texto antes mencionado, sostuvo que lo hizo porque se cruzó la «línea roja», pero argumentó que no fue una decisión fácil de tomar.

Por un lado, al negarse a servir, pensaba que estaría abandonando a los rehenes y dejando a Hamas al mando en Gaza, algo que, en su opinión, empeora la vida de los palestinos.

Por otro, si no se negaba, temía servir en una guerra que acabaría en otra ocupación israelí de Gaza, de la que no quería formar parte.

A pesar de que Netanyahu declaró que no habría reasentamientos en Gaza, Vilk dijo que el apoyo del Gobierno a la expansión de los asentamientos en la Ribera Occidental le hacía dudar de sus intenciones. El gabinete de Netanyahu incluye ministros de extrema derecha que han pedido asentamientos israelíes en Gaza.

“Me han puesto en una situación horrible… Me siento traicionado por mi propio Gobierno”, afirmó a CNN en una entrevista telefónica.

(CNN)