
Luego de más de dos semanas desde su nombramiento como primer ministro, Michel Barnier anunció finalmente la composición de su nuevo gabinete, aprobado por el presidente Emmanuel Macron.
El nuevo gobierno consolidado este sábado por la tarde, mira al centro-derecha y la derecha clásica y da la espalda al voto de la mayoría de los franceses, que apostaron por el Nuevo Frente Popular – de izquierdas- que ganó las elecciones legislativas del 7 de julio sin mayoría absoluta.
¿Quiénes conforman el nuevo gabinete?
Una de las piezas clave del nuevo Ejecutivo que simboliza ese giro ideológico a la derecha es el ministro del Interior, Bruno Retailleau, hasta ahora jefe del grupo en el Senado de Los Republicanos (LR, el partido de Barnier), conocido por sus posiciones particularmente duras en el terreno de la inmigración.
Entre los nombres que desgranó al comunicar la lista el secretario general del Elíseo, Alexis Kohler, hay también una única figura procedente de la izquierda, el que durante casi 22 años fue diputado socialista, Didier Migaud, designado para la cartera de Justicia.
En Defensa repite Sébastien Lécornu, mientras que en Asuntos Exteriores estará a la riendas Jean-Noël Barrot, lo que supone un ascenso para este hombre salido de una familia de políticos que en el Gobierno saliente se ocupaba de Asuntos Europeos.
Hay también varios nombres más que repiten en el nuevo Gobierno, como la titular de Cultura, Rachida Dati; Catherine Vautrin, que pasa de Trabajo a la cartera de Relaciones con los Territorios y de la Descentralización; o Agnès Pannier Runacher, que asciende a ministra de la Transición Ecológica.
Igualmente Geneviève Darrieussecq, que era en el Ejecutivo saliente ministra delegada para los Antiguos Combatientes, dependiente de Defensa, y que ahora pasa a ser la responsable de Sanidad.
El responsable de la cartera de Economía, Finanzas e Industria será un joven macronista de 33 años que era hasta ahora diputado, Antoine Armand.
No menos relevante en un momento crítico para las finanzas públicas francesas y a sólo unos pocos días de que se tengan que presentar los presupuestos para 2025 va a ser la figura del nuevo ministro de Hacienda, Laurent Saint Martin, que en su caso estará orgánicamente vinculado al gabinete del primer ministro, lo que dice mucho de la voluntad de Barnier de supervisar su trabajo de cerca.
Laurence Garnier, que al aparecer en una lista que corrió a partir del jueves como nueva ministra de Familia generó una importante polémica por sus posiciones pasadas en contra del matrimonio homosexual y en contra de la constitucionalización del aborto, finalmente entra en el Gobierno pero en un puesto relativamente menor, como secretaria de Estado de Consumo.
La izquierda no queda satisfecha
Miles de personas se concentraron el sábado 21 de septiembre en París para protestar contra el Gobierno Macron-Barnier, tras la convocatoria del partido de izquierda radical Francia Insumisa (LFI), ecologistas y asociaciones feministas, estudiantiles y ecologistas.
Según la página web de LFI, estaban previstas unas sesenta concentraciones en Francia.
François Vermorel, militante de Los Verdes, acudió a la capital para denunciar un «golpe de Estado» democrático del presidente Emmanuel Macron, que merece una respuesta en las calles, dijo. Temía la llegada de Bruno Retailleau al Ministerio del Interior, al que acusa de «racismo» y «homofobia». «Eso no es lo que la gente votó en junio», afirma.
¿Cuál es el plan del nuevo gobierno?
“No voy a subir más los impuestos a todos los franceses, ni a los más modestos, ni a los que trabajan, ni a las clases medias. Pero no puedo excluir a los más ricos del esfuerzo nacional para corregir la situación”, declaró el primer ministro, de 73 años, en France 2.
Michel Barnier justificó sus palabras argumentando que Francia se encuentra en una situación complicada a nivel de finanzas públicas. La deuda total de Francia alcanza el 110% del PIB, es decir, cerca de 3 billones de euros.
Unos ingresos fiscales menores de lo previsto y un mayor gasto de las Administraciones han hecho que el déficit presupuestario del sector público se dispare hasta el 6,2% del PIB.
Este déficit no se corresponde con las normas de la Unión Europea, por lo que la Comisión Europea abrió en julio un procedimiento por déficit excesivo contra Francia. Las agencias de calificación internacionales también observan la situación financiera del país.
Por otro lado, sobre las “grandes leyes de progreso social”, como la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), el matrimonio para todos o la procreación médicamente asistida (PMA) serán “plenamente preservadas”, aseguró el primer ministro francés.
Michel Barnier también fue interrogado sobre la nominación de Bruno Retailleau en el ministerio de Interior, un hombre de derecha dura a pesar de pertenecer al mismo partido que él (Los Republicanos, derecha conservadora), con una posición antiinmigración muy marcada.
En tal sentido, argumentó a favor de un cambio en la política migratoria para que haya «capacidad de integrar a los extranjeros» y que pasa por «no aceptar a todo el mundo». También señaló que «esta cuestión de la inmigración hay que tratarla con más rigor» y también «con humanidad».
En cuanto a la controvertida y muy poca popular reforma pensional, que entró en vigor hace un año y estableció la edad de pensión a los 64 años en lugar de los 62, Michel Barnier dijo que deseaba “tomarse el tiempo necesario para mejorarla”.
(Con información de France24)

