
Varios personajes de cómics, películas y obras literarias podrán utilizarse sin permiso ni pago a los titulares de los derechos de autor desde el 1 de enero de 2025, hecho que ocurre anualmente.
El año pasado será recordado por la entrada de Mickey Mouse a esta lista, sin embargo, sólo se puede reutilizar la versión más temprana de los cómics.
Popeye el Marino podrá dar puñetazos sin permiso y el periodista Tintín podrá investigar libremente en 2025. Estos clásicos, que aparecieron por primera vez ante los lectores en 1929, figuran entre las propiedades intelectuales que pasarán a ser de dominio público en Estados Unidos.
Pero las espinacas que daban al marinero su superfuerza no estaban ahí desde el principio, y es un buen ejemplo de posibles disputas legales. Y los cortos animados con su característica voz muda no empezaron hasta 1933 y siguen estando protegidos por derechos de autor.
«También hay obras maestras de Faulkner y Hemingway, las primeras películas sonoras de Alfred Hitchcock, Cecil B. DeMille y John Ford, y música increíble de Fats Waller, Cole Porter y George Gershwin. Es bastante emocionante», explica Jennifer Jenkins, directora del Centro Duke para el Estudio del Dominio Público.
Este año también se hacen públicos algunos libros notables, como El ruido y la furia, de William Faulkner, Adiós a las armas, de Ernest Hemingway, y la primera novela de John Steinbeck, Una taza de oro, de 1929.
También está Una habitación propia, de la novelista británica Virginia Woolf, un extenso ensayo que se convertiría en un hito del feminismo del siglo XX.
Por otra parte, también se publican las primeras obras de grandes figuras del cine sonoro. Entre ellas se encuentra Chantaje , de Alfred Hitchcock, una película proyectada recientemente en el Festival Lumière de Lyon (Francia). Comenzó realizándose como una película muda, pero durante la producción se pasó al sonido. Esto dio lugar a dos versiones diferentes: una de ellas se convirtió en la primera película sonora del Reino Unido y de Hitchcock.
También aparece la primera incursión de John Ford en el sonido con Shari, la hechicera (1929), una epopeya de aventuras que incluye al futuro colaborador principal de Ford, John Wayne, como un joven extra. En el listado se incluye, además, la primera película sonora de Cecil B. DeMille, Dynamite. (Euronews)