
Debido a una pausa parcial en los bombardeos de Israel, bajo presión internacional ante el riesgo de que la población muera de hambre, la ayuda humanitaria volvió a entrar en Gaza, pero en cantidades consideradas muy insuficientes por las organizaciones internacionales.
La situación humanitaria dramática en la Franja es la consecuencia del bloqueo total a la ayuda humanitaria impuesto por Israel desde el 2 de marzo hasta el 19 de mayo.
Cada día multitudes desesperadas se abalanzan, a menudo poniendo en peligro sus vidas, sobre vehículos cargados de víveres o sobre lugares donde aterriza la ayuda lanzada por vía aérea.
Mohammad Abu Taha acudió a un punto de distribución cerca de Rafah, en el sur de Gaza, para hacer fila y reservar su sitio, pero ya había «miles esperando, todos hambrientos, por un saco de harina o un poco de arroz y lentejas».
«De repente, escuchamos disparos (…) Ninguna manera de escapar. La gente empezó a correr, empujándose y cayendo, niños, mujeres, ancianos», cuenta este hombre de 42 años. «La escena era trágica: sangre por todas partes, heridos, muertos», agrega.
Casi 1.400 palestinos que esperaban ayuda han muerto desde el 27 de mayo en la Franja de Gaza, «la mayoría» por el ejército israelí, denunció la ONU el viernes.
Las fuerzas israelíes niegan apuntar contra los beneficiarios de la ayuda, alegando que se trata de «disparos de advertencia» cuando la gente se acerca demasiado a sus posiciones.
Desde hace meses, las organizaciones internacionales también denuncian los repetidos obstáculos impuestos por las autoridades israelíes, como denegar permisos para cruzar las fronteras, la lentitud en los trámites aduaneros, la limitación de los puntos de acceso o las rutas peligrosas.

