La Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) reconoce en sus informes anuales que EEUU tiene una relación estructural con el narcotráfico.

Así mismo, admite problemas «sumamente graves», como que la población está sumida en el consumo de diversos tipos de drogas y que el país es el epicentro de redes de narcotráfico, por ser productor, mercado-destino de estupefacientes y una gran maquinaria financiera de dinero del narco.

Los informes National Drug Threat Assessment de 2024 y 2025 establecen datos sólidos que indican que el narcotráfico está dentro de sus propias fronteras. Por ejemplo, sobre la producción de marihuana para uso y consumo, se declara que existe una política ambigua, ya que es legal para ciertos usos en ciertos estados, mientras que es ilegal en otros.

En su informe de 2024, la agencia señala que la potencia de la marihuana legal e ilegal ha aumentado en cuanto a su base de THC (tetrahidrocannabinol) acorde al average Delta 9, desde 1 punto en 1977 hasta 16 puntos en 2022. Esto quiere decir que, tanto en su formato legal e ilegal, la marihuana que corre en las calles estadounidenses es unas 15 veces más potente y adictiva que la que se apreciaba décadas atrás, y esto obedece fundamentalmente a modificaciones genéticas de dicho producto.

La verdad sobre el lavado de capitales

La DEA confiesa en sus escritos que Estados Unidos es el nudo central del lavado de capitales del narcotráfico internacional. Señalan que existen blanqueadores de dinero en suelo estadounidense que prestan sus servicios a diversas organizaciones criminales.

También señala métodos de casas de cambio de criptomonedas, billeteras digitales, transferencias tipo espejo, compra-venta de activos muebles e inmuebles mediante inmobiliarias estadounidenses y otros mecanismos existentes en el sistema bancario norteamericano.

“Las iniciativas de las fuerzas del orden para detectar, prevenir y procesar el lavado de dinero se ven complicadas por la diversidad o inexistencia de regulaciones en las instituciones financieras extranjeras, el gran volumen de transacciones financieras que ocurren a diario, las estrategias y engaños que emplean los cárteles mexicanos y otras organizaciones del narcotráfico para ocultar el origen criminal de sus ganancias, y el uso de tecnologías encriptadas”, reza el informe de 2024.

Venezuela excluida

Los informes señalan de manera detallada algunos de los corredores narcotraficantes de la cocaína. En el texto oficial de 2024 indicala DEA que “los cárteles mexicanos obtienen cargamentos de varias toneladas de cocaína en polvo y base de cocaína de traficantes sudamericanos, para luego contrabandearla por rutas terrestres o fluviales costeras en Centroamérica, o por mar a islas del Caribe como Puerto Rico y República Dominicana, antes de ingresarla a Estados Unidos”.

En esa referencia a las rutas por el Caribe, no aparece ninguna mención a Venezuela. En el informe de 2025, la DEA asegura que la mayoría de sus incautaciones de cocaína se han realizado en California, en la frontera con México, evidenciando que buena parte del tráfico de dicho estupefaciente ocurre por rutas terrestres y marítimas en el océano Pacífico, refiere

En ambos informes, la DEA nombra concretamente a Colombia, Perú y Bolivia como países productores de cocaína, y refieren a México, El Salvador, Honduras, Guatemala, Puerto Rico y República Dominicana como puntos claves de la ruta de cocaína rumbo a Estados Unidos.

La DEA señaló en su informe de 2024 el fenómeno de cultivos de hoja de coca, con propósitos para cocaína, en suelo mexicano. Son los cárteles mexicanos los que realizan estas actividades, aunque de manera limitada, por las condiciones geográficas y climáticas del país. Lo anterior debe considerarse relevante, dado que la DEA reconoce en México un productor de cocaína en pequeña escala, lo cual no es usual. Refieren que ese nivel de producción es absolutamente mínimo, pero aun así es mencionado en el informe.

En el caso de Venezuela y tal como sugieren los datos de la DEA, si existieran cultivos de coca, por mínimos que fueran, estos serían reseñados por el documento. Pero Venezuela no figura como un país productor de cocaína según el mismo gobierno estadounidense.

Según la DEA, y tal como lo ha afirmado la ONU (ONU contra las Drogas y el Delito, ONUDD), Venezuela no es un país productor de drogas.

Es especialmente curioso que Venezuela prácticamente no aparezca en el informe de la DEA de 2024. Y apenas existe una mención menor al llamado Tren de Aragua, en el informe de 2025, luego de ser catalogado como una “organización terrorista”. Pero ni siquiera en el informe de 2025, ni en el de 2024, ni en ningún informe anterior de la DEA, figura por alguna parte el llamado Cartel de Los Soles.

De igual manera, refieren que los carteles de Sinaloa y Jalisco, en concreto, “dictan el flujo de casi todas las drogas ilícitas hacia Estados Unidos”. Señalan que estas agrupaciones ejercen su “dominio” sobre el tráfico de drogas en general.