La infraestructura agrícola palestina, se ha visto afectada por los intensos ataques israelíes en Cisjordania, según reportes de fuentes locales y organismos internacionales.

En las últimas semanas, más de 4.000 olivos fueron destruidos por los incendios provocados y apropiaciones ilegales de tierras cultivadas, como parte de una estrategia que, según observadores, busca desplazar a comunidades palestinas y debilitar su sustento económico. Uno de los focos más graves se registró en la localidad de Turmus Ayya, donde se concentraron varios incidentes violentos.

Hasta este viernes se reportó que en el norte de Ramala, soldados israelíes expulsaron a agricultores palestinos y tomaron posesión de sus olivares.Aunque estas tierras están ubicadas en la Zona B de Cisjordania, bajo los términos de los Acuerdos de Oslo, fueron declaradas zona militar cerrada, lo que impide el acceso de sus legítimos propietarios.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) informó que se han contabilizado 126 ataques en 70 pueblos y aldeas, lo que vandalizado la producción de olivos. Vale acotar, que este nivel de destrucción representa el mayor número de agresiones registradas desde 2020, según datos verificados por un organismo de las Naciones Unidas.

Además, la afectación de la producción se ha llevado durante décadas de distintas formas, el ejército israelí ha arrancado de raíz miles de olivos en toda Cisjordania, afectando un cultivo que constituye un símbolo cultural y económico fundamental para la población palestina.

T/Con información EN