
Argentina se posicionó como el único país en votar en contra de una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas destinada a intensificar los esfuerzos para prevenir y eliminar todas las formas de violencia contra mujeres y niñas.
La resolución, que recibió el apoyo de 170 países y 13 abstenciones, buscaba promover medidas para combatir la violencia de género, especialmente en el entorno digital. El documento instaba a los estados miembros a fortalecer sus legislaciones y políticas para abordar este problema.
La postura argentina, adoptada bajo el gobierno del presidente Javier Milei, ha generado controversia tanto a nivel nacional como internacional. Esta decisión se suma a una serie de votos polémicos de Argentina en la ONU, incluyendo su oposición reciente a una resolución sobre los derechos de los pueblos indígenas.
El voto argentino ha suscitado críticas de organizaciones feministas y representantes políticos de la oposición, quienes califican la decisión como una «vergüenza histórica».
